LOS BIENES RAÍCES DESPUÉS DEL COVID-19
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Ya es claro que la vida no volverá a ser la misma
La pandemia que tanto ha venido a modificar nuestras vidas, no solo nos enfrentará a una nueva “normalidad”, sino también a muchas nuevas realidades, y el sector inmobiliario no es la excepción. Algunas realidades con las que se enfrentarán los nuevos diseños arquitectónicos deberán incluir algunos de los siguientes aspectos.
Más baños
La necesidad de constante lavado de manos, cara y hasta de varias duchas en el caso de personal de la salud, cambiarán probablemente el famosísimo “medio baño de visitas”, en un baño completo, y en algunos casos al menos un baño completo adicional ya que dado el peligro de contagio, compartir el baño con otras personas puede resultar peligroso.
Menos zapatos
La oriental tradicional de sacarse los zapatos antes de entrar a la casa para no meter gérmenes es ahora una costumbre que tal vez tengamos que adoptar. En el mejor de los casos el constructor deberá pensar en un pequeño espacio en la entrada donde incluir bancas para sentarse y despojarse del calzado y tomar unas sandalias o zapatos de casa, y en otros dependiendo de los recursos, en un trapo con desinfectante donde limpiarse las suelas antes de continuar hacia el interior de la casa.
Despensas más amplias
No solo en esta emergencia sanitaria, sino en otras también alarmantes, hemos visto como la gente sale despavorida a abastecerse de despensa e insumos. El confinamiento al que todos nos hemos visto sometidos hace ver la necesidad de espacios más prácticos y eficientes de almacenaje para evitar las salidas continuas y las largas filas en el super (si la economía lo permite, claro está). Esto por consecuencia nos lleva de la mano a la necesidad de congeladores más amplios.
Habitaciones y espacios adaptables
Ante la necesidad de usar la casa como salón de clases, oficina, área de trabajo, sala de conferencias, etc., en donde dos o más personas al mismo tiempo deben cumplir con funciones diferentes, las habitaciones privadas, así como las áreas sociales de la casa deben pensarse en función de la privacidad, la conectividad y una cierta comodidad de espacio en donde cada uno pueda contar con ventilación, luz adecuada y al menos una mesa/escritorio, silla o sillón. Debemos aprender a darles más utilidad a los espacios que hay bajo las escaleras, estaciones de trabajo, espacios entre cuartos y cocinas. Aún las casas de interés social deberán ser repensadas, ya que los metrajes mínimos son definitivamente insuficientes para ayudar con emergencias como la que hoy vivimos.
Azoteas, balcones y patios
Al no tener acceso a las calles, tenemos la imperiosa necesidad de contar con espacios al aire libre, especialmente si se tienen niños. Requeriremos convertir las azoteas a roof gardens, e incluir algunos patios interiores o balcones con plantas y terrazas acondicionadas. En conjunto pueden ayudar a sustituir la falta de amplios jardines y mitigar con ello la sensación de encierro y amontonamiento de personas.
Sustentabilidad
El aumento en el consumo de gas, agua, luz, así como el incremento de basura y ruido dentro de la casa, con el consecuente aumento de pago en los mismos, nos lleva a pensar en lo cómodo y sano de empezar a cambiar de mentalidad y usar menos energía. Esto es posible mediante la instalación de paneles solares, captación de aguas pluviales, ciclos de lavado programados.
Menos oficinas, más eficiencia
Aunque acostumbrados al calor humano y la convivencia, esta nueva experiencia nos ha mostrado también que podemos ser más eficientes, más productivos, y que la construcción de edificios enteros llenos de oficinas pueden verse disminuidos, reduciendo su uso solo para eventos estrictamente indispensables. Menos tiempo perdido en el tráfico y el transporte, menos consumo de gasolina, menos contaminación, menos desgaste del auto… en fin, más aprovechamiento y productividad. Por lo mismo, la casa, ahora convertida en un espacio multitask y multifuncional, deberá ser replanteada por arquitectos y desarrolladores de vivienda.
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